Voy a retomar por donde lo dejé en mi última entrada. No publiqué el pastel de queso, lo habéis visto en la foto pero cómo me invadió la vagueza... pues como que me quedé ahí.
Bueno la verdad es que he pasado unas navidades fantásticas con mi familia, nos hemos movido muchísimo y a penas he tenido tiempo para pasarme por el blog. Eso sí... he ido fotografiando todo lo que he cocinado para enseñároslo aquí. Mil perdón por haberos abandonado. Bien, ya estoy aquí de nuevo y ahora a demostrar que me he acordado de todos vosotros, vamos allá!!
Ingredientes:
200 ml. leche condensada
2 Hojas de gelatina neutra (o un sobre si es en polvo)
1 Tarrina de queso en crema o mascarpone
1 brick de nata para cocinar.
Preparación:
En un bol batimos la leche, la nata y el queso, (reservar).
En una taza de agua fría ponemos las hojas de gelatina, para que se hinchen, lo pasamos a un cazo para calentarlo, esperar a que se deshaga la gelatina, retirar del fuego. A esta mezcla le vamos incorporando la mezcla batida, remover bien para que no tenga grumos.
(En el caso de que la gelatina sea en polvo, hay que proceder según las indicaciones del envase)
Lo pasamos a un molde y a la nevera mínimo 6 horas, a mi me gusta más cuando lo hago de un día para otro, queda mejor cuajado.
Adornar con lemon curd o con sirope, le pega mucho la piña.
Y aquí estuvo el resultado!!
Pablo Neruda
Arte magnética
DE tanto amar y andar salen los libros.
Y si no tienen besos o regiones
y si no tienen hombre a manos llenas,
si no tienen mujer en cada gota,
hambre, deseo, cólera, caminos,
no sirven para escudo ni campana:
están sin ojos y no podrán abrirlos,
tendrán la boca muerta del precepto.
Amé las genitales enramadas
y entre sangre y amor cavé mis versos,
en tierra dura establecí una rosa
disputada entre el fuego y el rocío.
Por eso pude caminar cantando.
Y si no tienen besos o regiones
y si no tienen hombre a manos llenas,
si no tienen mujer en cada gota,
hambre, deseo, cólera, caminos,
no sirven para escudo ni campana:
están sin ojos y no podrán abrirlos,
tendrán la boca muerta del precepto.
Amé las genitales enramadas
y entre sangre y amor cavé mis versos,
en tierra dura establecí una rosa
disputada entre el fuego y el rocío.
Por eso pude caminar cantando.